A pesar de todos los aspectos negativos irrefutables que trajo la pandemia, nos encontramos con que también resultó ser un catalizador para llegar a realizar muchos otros cambios.
La emigración desde países latinoamericanos a países desarrollados incrementó la necesidad de enviar dinero de un lugar del mundo a otro sin atravesar un proceso complejo, que consume mucho tiempo, es riesgoso y cobra altas comisiones, a través un intermediario, para poder pagar servicios e impuestos o simplemente para dar una mano en casa.
Las aplicaciones del mundo fintech llegan para dar una nueva alternativa a esta situación y otorgar la oportunidad a personas que no tienen acceso a una cuenta bancaria en todo el mundo, al prometer no solo menores comisiones, sino que tambien tiempos más reducidos y la posibilidad de realizar el trámite en minutos de manera remota, sin tener la obligación de asistir personalmente a una sucursal.
Pago de servicios a distancia y remesas de dinero para la familia al alcance de la mano. Una costumbre adoptada durante la pandemia que llegó para quedarse.
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