El año recién arranca y ya estamos en movimiento, seteando objetivos nuevos y volviendo a poner en marcha lo que quedó del 2021.
Como todos sabemos, estos últimos años fueron caóticos para el mundo entero. Tuvimos que cambiar nuestra vida de un minuto a otro, y si bien las cosas no volverán a ser como antes, pareciera que se asoma la -nueva- normalidad.
¿Cómo pueden las organizaciones y los recursos evitar la sobrecarga este 2022?
- Encontrar el propósito de nuestro trabajo.
¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Estamos alineados con los objetivos y valores de nuestra compañía? Sentir una verdadera conexión con lo que queremos lograr desde nuestra posición en la compañía es la diferencia entre disfrutarlo y ser proactivo, y entre trabajar sólo por un salario. Preguntarnos cuál es el impacto que buscamos generar ayuda a encontrar la motivación que necesitamos para disfrutar más lo que hacemos.
2. Priorizar
¿Qué se espera de nosotros y qué no? Tener en claro esto nos ayudará a determinar que tareas son nuestras y debemos priorizar, y cuáles podemos delegar. Si sentimos que nuestra carga de trabajo excede nuestras capacidades o se vuelve demasiado, es importante comunicarselo a nuestros superiores, para buscar un consenso entre lo que se espera de uno, y lo que efectivamente es posible que realice sin generar una sobrecarga.
3. Respetar los momentos de descanso
Todos somos culpables de habernos saltado algún almuerzo o trabajar durante el mismo. Y es normal quedarnos fuera de horario terminando las cosas del día. Si bien creemos que esto nos ayuda a resolver más cosas, en realidad tiene el efecto contrario. Cuando nuestro cuerpo y mente no descansa, se vuelve menos eficiente y a la larga, tardamos más en hacer nuestras tareas. Además, el estrés que genera no tomarse breaks durante el día puede llevar a problemas del sueño como el insomnio, agravando el problema y reduciendo aún más nuestra capacidad.
Es importante tomar conciencia de cuánto tiempo ininterrumpido llevamos trabajando y respetar los tiempos de descanso durante el día, para poder rendir mejor después.
4. Entrenar la cabeza
Si bien no se habla mucho del tema, se puede aprender a manejar el estrés. Escuchar música, practicar la respiración, meditar, y otras técnicas de relajación nos pueden parecer poco importantes o ridículas, pero está demostrado que la meditación nos hace ser más creativos, proactivos y eficientes. Llevar anotaciones de nuestras tareas también es beneficioso, ya que le quitamos tareas a nuestro cerebro, para que pueda concentrarse en actividades más importantes.
5. Ejercitarse y llevar una buena alimentación
Hacer actividad física tiene efectos positivos no solo en el cuerpo sino también en la mente. Reduce la sensación de estrés y libera hormonas que nos hacen sentir bien, como las endorfinas. También genera una sensación de energía, optimismo y euforia, además de mejorar nuestras habilidades cognitivas. De la mano con esto, es importante hidratarse bien y llevar una alimentación balanceada y nutritiva que ayude a que nuestro cuerpo funcione de la mejor manera, y tenga energía para llevar adelante nuestras tareas diarias.
Y vos, ¿qué otros métodos para combatir la sobrecarga conocés?